Cripto 2020. Esto recién comienza

Autor: Damian
Publicado el enero 8, 2021

Terminó el 2020, un año muy atípico en el que la pandemia del Covid-19 produjo cambios drásticos en nuestra vida cotidiana, en la economía y en las finanzas del mundo entero. 

Los confinamientos produjeron efectos muy nocivos en muchos sectores de las economías del planeta y nos obligaron a reinventarnos y adaptarnos a una nueva forma de hacer las cosas. 

Creemos importante señalar sin embargo, que antes de la aparición del virus, la situación económica del mundo estaba lejos de encontrarse en óptimas condiciones. 

La Reserva Federal de los EE.UU. y el resto de los bancos centrales del mundo, venían ya en un proceso de baja de tasas de interés, en el que no les quedaba mucho más margen para seguir reduciéndolas y estimular sus alicaídas economías. Por este motivo, con menos margen de maniobra, ya se encontraban aplicando políticas monetarias expansivas, que no es más que la emisión de dinero sin respaldo (QE). La pandemia no hizo más que acelerar y acentuar un proceso de deterioro que se venía dando de forma más lenta y paulatina. 

Lo cierto es que hoy nos encontramos en un momento sin precedentes en la macroeconomía y del sistema financiero mundial, en el que el único camino posible por parte de los gobiernos es el de la emisión. Como se aprecia en la gráfica, la oferta monetaria por parte de la Reserva Federal de los EE.UU. ha aumentado de manera sin precedentes.

La espectacular suba del precio del Bitcoin en el año 2020 no hizo más que confirmar la tesis de revalorización de activos escasos frente a los sobre-abundantes como son hoy las monedas fiat. 

Si bien pensar en Bitcoin como oro digital es una narrativa útil, Bitcoin no es solo un oro mejor, sino algo completamente nuevo. Su naturaleza nativamente digital permite la programabilidad y, por lo tanto, la innovación financiera a la velocidad del software. Así como Internet no solo permitió correspondencia más rápida, sino casos de uso completamente nuevos, como las redes sociales, Bitcoin no es solo un mejor oro, tiene el potencial de ser la forma de garantía y colateral de más alta calidad en la nueva era digital, permitiendo casos de uso completamente nuevos que el oro no puede satisfacer. 

Sin embargo, de igual o mayor relevancia creemos aún, es la tesis de la descentralización de la totalidad del sistema financiero. Aquí es donde entra en juego DeFi. DeFi es nuestro primer intento de construir la infraestructura financiera descentralizada necesaria para dar mayor utilidad y campo de aplicación a Bitcoin. 

Si bien la iteración actual se basa en Ethereum, que algunos pueden ver como un competidor de Bitcoin, vemos que los beneficios de este ecosistema superan con creces cualquier presión competitiva. Eventualmente, la mayoría de los primitivos financieros existirán de forma nativa en varias blockchains, así como en aplicaciones, y Bitcoin podrá aprovechar esta innovación para permitir casos de uso como el intercambio sin custodia, crédito, derivados y más.

Vemos a DeFi como la construcción de la infraestructura financiera abierta y sin fronteras del futuro. Sin embargo, esta infraestructura financiera es inútil sin liquidez y, en última instancia, la liquidez proviene de los activos que la gente quiere.

Bitcoin es oro 2.0, con características mejoradas y una utilidad exponencialmente mayor, pudiendo convertirse así en el activo de reserva de valor por excelencia del sistema financiero del futuro.

El crecimiento de DeFi es bueno para Bitcoin porque aumenta su utilidad y, por lo tanto, sus efectos de red. De manera similar, la fortaleza de Bitcoin puede extraer liquidez de DeFi a corto plazo, pero a largo plazo atrae más capital al espacio de activos digitales, aumentando la liquidez gracias a la mayor demanda de la utilidad de Bitcoin en DeFi.

Por este motivo, a la inquietud natural de muchos de nuestros inversores luego de la fuerte apreciación de las criptos en el 2020, nuestra respuesta es que esto recién empieza. 

En el ciclo alcista anterior, luego de romper sus máximos, Bitcoin tuvo una corrida exponencial de más de 1500% y de una duración de casi un año. Con base en el panorama macroeconómico actual y la ola de instituciones ingresando al ecosistema, la duración de este ciclo debería como mínimo asimilarse al ciclo alcista anterior, pudiendo también aumentar su duración a 2022 antes de encontrar un potencial techo macro.

La gráfica de dominancia anterior muestra cómo durante casi todo el 2017, luego de que Bitcoin superara los máximos anteriores, las altcoins se apreciaron en mayor medida, reduciendo la dominancia de Bitcoin a lo largo del año.

Consideramos que con la tracción actual del ecosistema de DeFi, y el momento del ciclo de mercado en el que nos encontramos, es el momento ideal para que estos activos brillen y se aprecien enormemente frente a Bitcoin. 

Gracias a la propiedad descentralizadora de la tecnología Blockchain, así como DeFi lo está haciendo con las finanzas, esperamos que otras industrias tan disímiles como las de los seguros y las del arte, tengan su disrupción. 

Creemos que al igual que la tecnología de internet produjo cambios radicales en la forma que hoy hacemos las cosas, la tecnología Blockchain hará lo propio con otros sectores como los conocemos hoy. 

Sin dudas que la volatilidad será una característica que continuará en este camino de evolución, pero creemos que el retorno más que la justifica.