La Próxima Crisis Financiera y Cripto

Autor: Damian
Publicado el marzo 19, 2019

La Deuda Corporativa

Luego de la crisis financiera del 2008, entre 2009 y 2013, las empresas norteamericanas se dedicaron a sanear sus balances. Desde el 2014 en adelante, tentadas por tasas de interés históricamente bajas para favorecer una reconstrucción económica, comenzaron un proceso de endeudamiento paulatino y creciente.

Tanto fue el incentivo para tomar deuda, que los niveles de endeudamiento actuales medidos como porcentaje del PBI son incluso mayores que los de antes de la crisis del 2008. Y a pesar de haber atravesado períodos de fuertes ganancias, las empresas han demostrado poca predisposición a reducir su deuda. Prefirieron incluso tomar deuda para recomprar sus propias acciones y mantener altas sus valuaciones.

Desde ya que estos números por sí solos ya constituyen una llamada de atención. Aunque lo más alarmante de esto, no es solo el nivel de deuda, sino la degradación de la calidad crediticia de la misma. De acuerdo al Instituto Internacional de Finanzas, la deuda BBB (grado de inversión) de empresas norteamericanas acumula 42% del total de la deuda en circulación, incluso un 30% mayor que en el 2009.

Pero lo que es aún más preocupante, según equipos de research de bancos de primera línea, medidas por Deuda Neta (Deuda – Cash) / EBITDA (medida aproximada de generación de caja de las empresas), más de la mitad de las compañías BBB en Estados Unidos y Europa poseen más características de Junk Bonds (Bonos Basura) que de grado de inversión. Y esto último pone nuevamente a las calificadoras de riesgo en el centro de la tormenta.

En un escenario de empeoramiento de las condiciones para las empresas, estas deudas podrían tener graves problemas de refinanciación y repago. Y si bien, por el momento y para muchos, las expectativas de crecimiento mundial aún continúan vigentes, existen varios factores económicos y geopolíticos en ciernes que podrían poner en riesgo el mencionado bienestar. Para mencionar algunos podemos citar posibles complicaciones de la guerra comercial USA-China, un incremento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU, la necesidad de financiamiento del déficit de los Estados Unidos y un consiguiente crowding-out de la deuda privada a soberana, implicancias del proceso Brexit, los considerables problemas financieros de Italia y un potencial contagio a la zona Euro; o cualquier evento impensado hasta el momento, aquel que no podemos preveer por no haber sucedido antes (cisne negro o Black Swan), y la lista continúa.

Mientras la última crisis financiera fue producida por deuda hipotecaria, la deuda corporativa podría ser la responsable de la próxima crisis. En la crisis del 2008 la Reserva Federal, mediante la emisión de trillones de dólares sin respaldo, salió al rescate de los principales bancos de los Estados Unidos, y logró resolver el problema. Pero en una potencial crisis de deuda corporativa, la factibilidad o viabilidad de un rescate semejante estaría lejos de ser sencillo. Primero, por la gran cantidad de empresas involucradas, y luego por la diversidad de industrias en las que estas empresas operan.

Y llegado el caso, ¿qué compañías serían esenciales para el rescate y cuáles no? ¿Cómo podrían los bancos centrales entonces justificar priorizar el salvataje de algunas empresas por sobre otras? Y otra pregunta, tal vez inocente, ¿estarán los bancos centrales dispuestos nuevamente a utilizar dinero público para financiar capitales privado de compañías imprudentes?

El Cripto

La gente es cada vez más consciente que depende, sin mucho que decir, de las decisiones unilaterales de los gobiernos. Y cada día toma más conciencia de lo injusto de las medidas para solucionar los problemas de unos pocos con el capital de la mayoría. De hecho, el whitepaper de Bitcoin nació en el contexto de la última crisis financiera, alimentado por el mal uso del dinero de los contribuyentes para rescatar a las empresas privadas.

En la última crisis financiera, nadie había oído hablar acerca de Bitcoin. De hecho, pasó casi una década hasta que Bitcoin y otras criptomonedas pasaran a las primeras planas de los diarios del mundo. Creemos que no es casualidad que el reciente caos del Brexit se haya visto acompañado por los niveles más altos de registro y aperturas de cuentas cripto en el Reino Unido.

Bitcoin y algunas otras criptomonedas, funcionan como redes de pago y resguardo de valor resistente a la censura. Creemos muy factible, que una próxima crisis financiera internacional, pueda resultar en un gran aumento del interés y la demanda por el ecosistema cripto.

Sabemos que en un escenario de crisis, un gran porcentaje de la población buscará refugio en alternativas más tradicionales como el oro. Pero por otro lado, tanto los Millenials como buena parte del resto de la población mundial, han demostrado un enorme interés en Bitcoin, considerado por muchos como “Oro 2.0”. Creemos que esta fuerte narrativa y sus cualidades atraerán enormes flujos de capital tradicional al ecosistema cripto en los próximos años.